Punto de partida - Meeting Place - Punt de partida

Punto de partida -  Meeting Place - Punt de partida

jueves, 23 de diciembre de 2010

Fira de Santa Llucia


FIRA DE SANTA LLÚCIA

Castellano
Fotos: Celia Miralles
Texto: Mercedes Salvador


Cuando llegan las fiestas de Navidad y Reyes, en Barcelona es sagrado darse una vuelta por la Fira de Santa Llúcia, para ver a los artesanos que se reúnen frente a la catedral, desde 1786. Sí, sí, habéis leído correctamente 1786.

Aún más interesante es saber que se celebró la feria en 1860, a pesar de que hubo una epidemia de fiebre amarilla.

Pero ¿quién es Santa Llúcia? Pregunta una niña por la calle. La patrona de modistas y sastres, contesta su madre.

Con el tiempo pasó de ser una fiesta de modistas, a vender musgo, belenes, corcho y hierbas. Hoy es una de las tradiciones populares más arraigadas de la ciudad. Un lugar donde las familias van a pasear, a pesar del frío y a comprar lo necesario para la Navidad. Donde los figuristas o los artesanos del corcho se distinguen por los años que llevan en el negocio. Un lugar donde ir a buscar musgo puede convertirse en toda una aventura. Donde hay pesebres, abetos, Caga Tiós, Caganés (en este blog preferimos no entrar en detalles del por qué en Navidad en Cataluña hay tantas palabras que empiezan con ¨caga algo¨), belenes, estrellas, bolas rojas, doradas o plateadas para el árbol de Navidad. Y por si fuera poco donde también se pueden encontrar piñas amontonadas, abanicos, zambombas, panderetas o mantones de manila.

Un lugar mágico donde las luces de Navidad iluminan el espíritu de los paseantes.

Las creadoras del blog, para empezar bien el año, proponemos un paseo por la Fira de Santa Llúcia y que escojáis con cuidado un regalo.



Ademas os queremos agradecer el que nos leáis, porque sin lectores no somos nadie y, desearos a todos unas felices fiestas y un año 2011

entrañable,

divertido,

entretenido

y suculento




English
Translation: Ken Green
Photos: Celia Miralles
Text: Mercedes Salvador

When the holidays of Christmas and The Three Kings arrive in Barcelona, it is a sacred duty to take a walk to the Fira de Santa Llúcia to see the artisans who have congregated in front of the cathedral every year since 1786. Yes, you've read it correctly, 1786.

Even more interesting is to know that the fair was celebrated in 1860, in spite of the yellow fever epidemic.

But who is Santa Llúcia? asks a little girl in the street.  The patron saint of dressmakers and tailors, answers her mother.

With the passage of time, it became a festival of dressmakers and vendors of moss, nativity scenes, cork and herbs. Today it's one of the most deeply rooted popular traditions of the city.  A place where families go to stroll in spite of the cold, and to buy the things they need for Christmas.  A place where sketch artists and artisans in cork distinguish themselves by the years they've been in the  business.  A place  where searching for moss can be wholly transformed into an adventure.  Where there are mangers, fir trees, Caga Tiós, Caganes (in this blog we prefer not to elaborate on the details as to why, on Christmas in Cataluña, there are so many words that start with "caga algo" [shit something] but look to these links for explanations of the previous two items: http://en.wikipedia.org/wiki/Tió_de_Nadal http://en.wikipedia.org/wikiCaganer), nativity scenes, stars and red, gold or silver balls for the Christmas tree. And, as if that were not enough, you can also find stacks of pine cones, fans, drums, tambourines and manila shawls.

A magical place where the lights of Christmas illuminate the spirits of the passers-by.

In order to start the new-year well, the creators of this blog suggest that you take a walk through the Fira de Santa Llúcia and that you chose a gift with care.

We would also like to express our appreciation to all of our readers, for without readers, we are nothing. And we wish all of you happy holidays and a happy 2011

peaceful

enjoyable

entertaining

and prosperous.



Català

Fotos i traducció: Cèlia Miralles
Text: Mercedes Salvador


Quan arriben les festes de Nadal i Reis, a Barcelona és sagrat fer-se un volt per la Fira de Santa Llúcia, per a veure als artesans que es reuneixen enfront de la catedral, des de 1786. Sí, sí, heu llegit correctament 1786.

Encara més interessant és saber que es va celebrar la fira en 1860, a pesar que va haver una epidèmia de febre groga.

Però qui és Santa Llúcia? Pregunta una nena pel carrer. La patrona de modistes i sastres, contesta la seva mare.

Amb el temps va passar de ser una festa de modistes, a vendre molsa, pessebres, suro i herbes. Avui és una de les tradicions populars més arrelades de la ciutat. Un lloc on les famílies van a passejar, a pesar del fred i a comprar el necessari per al Nadal. On els figuristes o els artesans del suro es distingeixen pels anys que duen en el negoci. Un lloc on anar a buscar molsa pot convertir-se en tota una aventura. On hi ha pessebres, avets, Caga Tiós, Caganés (en aquest blog preferim no entrar en els detalls del perquè en Nadal a Catalunya hi ha tantes paraules que comencen amb ¨caga quelcom¨), pessebres, estrelles, boles vermelles, orades o platejades per a l'arbre de Nadal. I per si no fos poc on també es poden trobar pinyes amuntegades, ventalls, simbombes, panderetes o mantons de manila.

Un lloc màgic on les llums de Nadal il·luminen l'esperit dels vianants.


Les creadores del blog, per a començar bé l'any, proposem un passeig per la Fira de Santa Llúcia i que escolliu amb cura un regal.

Us volem agrair que ens llegiu, perquè sense lectors no som ningú i, desitjar-vos a tots unes bones festes i un any 2011


entranyable,


divertit,


entretingut

i suculent

martes, 30 de noviembre de 2010

En taxi por la Diagonal- Taking a taxi- Amb taxi





UNA MAÑANA EN TAXI POR LA DIAGONAL


Castellano
Fotos: Celia Miralles
Texto: Mercedes Salvador


Como teníamos prisa, esta vez Celia y yo pensamos en una forma rápida de ir de un lado al otro de la ciudad, de este a oeste. La calle más adecuada era la Avinguda Diagonal, una arteria ideada por Ildefonso Cerdá, que corta la ciudad en diagonal como de un tijeretazo y además tiene carril bus-taxi. Levantamos la mano y frente a nosotras paró uno de esos coches amarillo y negro.

-¿Por qué tienen estos colores? - preguntó Celia en alto.

El taxista, un hombre calvo con gafas un poco grandes para su cara, nos respondió raudo. - La decisión se tomó en la Segunda República. Un ingeniero decidió unificar los colores de los taxis para eliminar la competencia.

-Ingeniero tenía que ser para escoger estos colores.- Dije.

-También trajo los semáforos.

-¿Los semáforos? ¿Hasta entonces Barcelona era una ciudad sin semáforos?- Celia no podía creérselo.

-Pues sí.

Por la ventana, vimos pasar los Jardines de Pedralbes. El taxista carraspeó y enseguida nos dijo

- Eusebi Güell cedió la casa y parte de los jardines a la Corona en agradecimiento por su nombramiento nobiliario.

-Espera ¿qué debe de haber detrás de esa ventana? - Preguntó Celia.

-Algún misterio.- Pero no tuvimos tiempo de averiguarlo porque ese no era un tema que le interesara al taxista.

Una fuente nos echó una ojeada al pasar y nos pareció que quería salir a perseguirnos, pero no nos alcanzó. Pasamos por edificios cuyas cúpulas eran lo más interesante, sobretodo por los áticos llenos de plantas, hasta la plaza
Calvo Sotelo,

-Perdón pero ese es el nombre franquista, ahora se llama
Francesc Maciá.

El taxista no nos pasaba ni una.

-No es que estemos interesadas en lo franquista, pero cuando uno ha conocido desde pequeña una plaza con un nombre, pues queda una imagen inamovible, que va unida al nombre y cuesta mucho de cambiar.

-Bueno bueno...- Nos miró por el retrovisor como si hubiéramos bajado tres puntos en cultura ciudadana.

Supongo que el hablar de nombres del pasado también puso en evidencia nuestra edad. A quién le importaba lo que pensara.

El taxista nos volvió a mirar por el retrovisor y añadió -
Francesc Maciá fue un político catalán. Exiliado, integró su partido en Esquerra Republicana y más tarde fue elegido Presidente de la Generalitat en 1932.

Celia y yo ya habíamos desconectado hacía un rato, cuando dijimos a la vez

-
El Círculo Ecuestre.

Ahora yo carraspeé y dije:

-Club privado, de carácter exclusivo al que suelen pertenecer las personalidades más destacadas e influyentes de la sociedad. Inaugurado en 1856. Lugar dónde para entrar hay que levantar la nariz y si eres hombre el cuello del polo también. Yo fui miembro durante una época hasta que leí el comentario de
Groucho Marx: ¨Yo nunca pertenecería a un club en que me tuviera a mí como uno de sus miembros¨

Y me borré.

Pasamos por debajo de luces navideñas y por al lado de letras que mostraban que Barcelona es una ciudad de diseño.

-Señoritas les aviso que esta es la casa
Comalat, construida con claras influencias gaudinianas. Supongo que esto lo sabrán.

-Mira, mira la
Casa Asia. Yo fui un día a una conferencia allí- Celia cambió de tema.

-¿Saben quién era el dueño que la hizo construir?- el taxista nos miró esta vez por el espejo de al lado y frunció el ceño.- El
Barón de Quadras y la mandó construir al arquitecto Puig y Cadafalch.- Respondió sin darnos tiempo a nada.

Finalmente llegamos a la
Torre Agbar, al rascacielos más recientemente construido en Barcelona donde trabajamos las dos y le preguntamos:

-¿Sabe quién la construyó?

-Sí , un arquitecto francés.

-J
ean Nouveau. Y ¿sabe cuántos dispositivos luminosos tiene?

-Uno no puede saberlo todo.

-4.000 y utilizan la técnica LED, que es lo que le permite crear imágenes alrededor del perímetro cilíndrico.- Dije.

-Además tiene sensores de temperatura al exterior que regulan la apertura y cierre de las lamas de vidrio, que son como una piel.- Celia pagó y dijo:

- siempre se aprende algo nuevo.



A MORNING TAXI RIDE ALONG THE DIAGONAL

English
Translation: Ken Green
Photos: Celia Miralles
Text: Mercedes Salvador

Since we were in a hurry this time, Celia and I thought of a quick way to cross the city from one side to the other, from east to west. The best route was the Avinguda Diagonal, an artery conceived by Ildefonso Cerdá, that cuts the city diagonally, as if by a scissor, and also has a taxi lane. We raised a hand and a yellow and black car stopped in front of us. "Why are the cabs those colors?" asked Celia aloud. The driver, a bald man with glasses a bit too large for his face, answered quickly, "The decision was made during the Second Republic. An engineer set about making all taxis the same colors to eliminate competition.

-"He had to be an engineer to choose these colors." he said.-"He also put up the traffic lights"

-"The traffic lights? Until then, Barcelona was a city without traffic lights?" Celia couldn't believe it.

-"Well, yes.

Through the window, we saw the Gardens of Pedralbes pass by. The driver cleared his throat, then told us:

-Eusebi Güell turned over his house and a part of his gardens to the Crown in gratitude for being named a noble.

-"Wait. What must have been behind that window?" asked Celia.

-"Some mystery." But we didn't have time to find out because it wasn't a topic that interested the driver.

A fountain threw us a glance as we passed and seemed as if it wanted to follow, but it couldn't catch us. We passed buildings with fascinating domes and penthouses full of plants. Until we arrived at the Plaza Calvo Sotelo.

-"Excuse me, but that is the Francoist name. Now it is called Francesc Macià.

The driver wouldn't let us get away with anything.

-"We're not interested in Francoism, but when one has known a place by a certain name since childhood, it's image and name become unified and it's very hard to change."

-"OK, OK..." He looked at us in the rear-view mirror as if we had fallen three points on the city's culture scale.

I suppose the talk of names from the past also revealed our age.

The driver again looked at us in the mirror and added, "Francesc Maciá was a Catalan political leader. In exile, he formed his party Esquerra Republicana
(a party for Catalan Independence) and later was elected president of the Generalitat (the Catalan government) in 1932.

Celia and I had switched him off a while ago when we said together,

-"El Círculo equestre.

Now -I- cleared my throat and said;

-"A private and exclusive club for society's most prominent and influential personalities. Started in 1856. A place where, in order to enter, you
must raise your nose and, if you are a man, the collar of your polo shirt as well. At one time, I was a member, until I read Groucho Marx's comment; 'I refuse to join any club that would have me as a member.' Then I resigned.

We passed below Christmas lights and, on the side, lettering informing one that Barcelona is a planned city.

-"Ladies, this is the Comalat house, whose construction was clearly influenced by Gaudí.


-"Look, look, Asia house. I was at a conference there." Celia changed the subject.

-"Do you know who had it constructed?" The driver looked at us in the side mirror this time and frowned. "The Baron of Quadras, and he had it built by the architects Puig and Cadafalch." he answered, without giving us a moment.

Finally we arrived at the Agbar Tower, the newest skyscraper in Barcelona, where we both work, and asked him,

-"Do you know who built it?"

-"Yes, a French architect."

-Jean Nouveau. And do you know how many lighting devices it has?"

-"One can't know everything.

-"4,000 and they use LEDs. That's how they create images around the perimeter of the cylinder." I said.

-"In addition, there are temperature sensors on the exterior that regulate the opening and closing of the glass louvers, like a skin." Celia paid and said "You learn something new every day.


UN MATÍ EN TAXI PER LA DIAGONAL

Català
Fotos i traducció: Cèlia Miralles
Text: Mercedes Salvador

Com teníem pressa, aquesta vegada la Cèlia i jo vàrem pensar en una forma ràpida d'anar d'un costat a l'altre de la ciutat, d'est a oest. El carrer més adequat era l'Avinguda Diagonal, una artèria ideada per Ildefons Cerdà, que talla la ciutat en diagonal com d'una tisorada i a més té carril bus-taxi. Aixequem la mà i enfront de nosaltres va parar un d'aquests cotxes groc i negre.

- Per què tenen aquests colors? - va preguntar la Cèlia enlaire.

El taxista, un home calb amb ulleres un poc grans per a la seva cara, ens va respondre veloç. - la decisió es va prendre en la Segona República. Un enginyer va decidir unificar els colors dels taxis per a eliminar la competència.

-Enginyer havia de ser per a escollir aquests colors.- Vaig dir.

-També va portar els semàfors.

-Els semàfors? Fins a llavors Barcelona era una ciutat sense semàfors?- la Cèlia no podia creure-se'l.

-Doncs si.

Per la finestra, vam veure passar els Jardins de Pedralbes. El taxista va gargamellejar i de seguida ens va dir- Eusebi Güell va cedir la casa i part dels jardins a la Corona en agraïment pel seu nomenament nobiliari.

-Espera, què deu haver darrere d'aquesta finestra? - Va preguntar la Cèlia.

-Algun misteri.- Però no vam tenir temps d'esbrinar-lo perquè aquest no era un tema que li interessés al taxista.

Una font ens va fer una ullada al passar i ens va semblar que volia sortir a perseguir-nos, però no ens va arribar. Vàrem passar per edificis les cúpules dels quals eren el més interessant i àtics plens de plantes. Fins que arribem a la plaça Calvo Sotelo,

-Perdó però aquest és el nom franquista, ara es diu Francesc Maciá.

El taxista no ens passava ni una.

-No és que estiguem interessades en tot allò franquista, però quan un ha conegut des de petita una plaça amb un nom, doncs queda una imatge inamovible, que va lligada al nom i costa molt de canviar.

-Bé bé...- Ens va mirar pel retrovisor com si haguéssim baixat tres punts en cultura ciutadana.

Suposo que el parlar de noms del passat també va posar en evidència la nostra edat. Però a qui li importava el que pensés.

El taxista ens va tornar a mirar pel retrovisor i va afegir - Francesc Maciá va ser un polític català. Exiliat, va integrar el seu partit en Esquerra Republicana i més tard va ser triat President de la Generalitat en 1932.

La Cèlia i jo ja havíem desconnectat feia una estona, quan vam dir alhora

- El Círculo Ecuestre.

Ara jo vaig gargamellejar i vaig dir:

- Club privat, de caràcter exclusiu al que solen pertànyer les personalitats més destacades i influents de la societat. Inaugurat en 1856. Lloc on per a entrar cal aixecar el nas i si ets home, el coll del “polo” també. Jo vaig ser membre durant una època fins que vaig llegir el comentari de Groucho Marx: “Jo mai pertanyeria a un club que em tingués a mi com un dels seus membres” I em vaig esborrar.

Vàrem passar per sota de llums nadalenques i pel costat de lletres que mostraven que Barcelona és una ciutat de disseny.

-Senyoretes els aviso que aquesta és la casa Comalat, construïda amb clares influències gaudinianes. Suposo que això ho sabran.

Mira, mira la Casa Àsia. Jo vaig ser un dia a una conferència- la Cèlia va canviar de tema.

Saben qui era l'amo que la va fer construir?- el taxista ens va mirar aquesta vegada pel mirall del costat i va arrufar les celles- El Baró de Quadras i la va manar construir a l'arquitecte Puig i Cadafalch.- Va respondre sense donar-nos temps a no-res.

Finalment vàrem arribar a la Torre Agbar, al gratacel més recentment construït a Barcelona on treballem les dues i li preguntem:

-Sap qui la va construir?

-Sí , un arquitecte francès.

-Jean Nouveau. I sap quants dispositius lluminosos té?

-Un no pot saber-lo tot.

- 4.000 i utilitzen la tècnica LED, que és el que li permet crear imatges al voltant del perímetre cilíndric.-Vaig dir.

-A més té sensors de temperatura a l'exterior que regulen l'obertura i tancament de les lames de vidre, que són com una pell.- la Cèlia va pagar i va dir:- sempre s'aprèn alguna cosa nova.









viernes, 22 de octubre de 2010


A VISTA DE PÁJARO

Castellano
Fotos: Celia Miralles
Texto: Mercedes Salvador

A vista de gaviota, Barcelona es arena color nuez y son las pisadas marcadas en la arena que se dirigen hacia todas partes.

Es agua salada y aroma a salitre que flota por el Mediterráneo.

Es un amanecer en el mar.

A vista de gaviota, Barcelona son los barcos grises y color caldero de carga y descarga o ferris que navegan por el puerto y alrededor de sus espigones. Son los muelles y sus mercancías. Es el primer puerto del Mediterráneo que un día fue capital marítima, con los reyes católicos y anteriormente dio entrada a mercaderes griegos y fenicios o piratas.

A vista de gaviota, Barcelona es el puerto, el espacio que queda entre la Barceloneta y la desembocadura del río Llobregat, bajo el montículo de Montjuïc con su fortaleza-castillo, el Teatro Griego, el Poble Espanyol y el Estadio Olímpico.

Son los cruceros que atracan y salen llenos de turistas con cámaras en el pecho o los barcos de vela y Optimum que se diseminan por el mar.

A vista de paloma, de las que viven por la Plaça Catalunya, ya dentro de la muralla romana, Barcelona son; las torres campanario de la catedral, los cristales de colores de las vidrieras góticas o las ventanas que nos cuentan historias de prisioneros de la guerra civil. Aunque su lugar preferido son los balcones que les ofrecen refugio para hacer sus nidos. A veces el aire les guía a una esquina donde están tocando la sinfonía número 5 de Mozart en B mayor. Otras les acompañan las melodías de los instrumentos de viento o percusión o las campanadas de las iglesias.

Pero de vez en cuando les llama la atención la magia del colorido y se van a echar ojeadas a los cuadros expuestos en la Plaça del Pi o La Rambla. Y quizás entonces se planteen que Barcelona es una ciudad idílica para volarla o a lo mejor no se plantean nada, porque si lo hicieran se estarían preguntando por qué estos humanos son tan creativos, sucios y ruidosos.

Pero al día siguiente cuando amanece, todos los pájaros vuelven a planear sobre el Mediterráneo, las cúpulas y las torres porque no hay nada mejor que ver la ciudad desde su punto de vista.




A BIRDS'S - EYE VIEW

English
Translation: Ken Green
Pictures: Celia Miralles
Text: Mercedes Salvador

From a seagull's viewpoint, Barcelona is walnut-colored sand with footprints leading in all directions. It is the scent of salt water that floats off of the Mediterranean.

It is the sun rising from the sea.

From their viewpoint, Barcelona is grey ships and the copper color of their cargo as it's loaded and unloaded, or the ferries that sail out of its port and around the breakwaters. The port is the piers and their goods. It gave entry to Greek and Phoenician merchants as well as pirates and, under Ferdinand and Isabella, it was the first Mediterranean port to become a maritime capital. It occupies the space between the Barceloneta beaches and the mouth of the river Llobregat, bounded by the hill of Montjuïc with its castle-fortress, Greek Theater, Poble Espanyol and Olympic Stadium.

It is the cruise ships that come and go, full of tourists with cameras around their necks or the sailboats scattered upon the sea.

From a dove's viewpoint, those that live in the Plaça Catalunya within the Roman wall, Barcelona is: the bell towers of the cathedral, the colored panes of the gothic stained-glass windows or the windows that tell the stories of prisoners of the Civil War. Though their favorite places are the balconies that offer shelter for nest building. Sometimes the air guides them to a street corner where Mozart's Symphony No. 5 in B-major is being played. Other times they fly accompanied by the melodies of wind instruments or percussion or the peal of church bells.

But sometimes the magic of the colors catches their attention and they glance at the paintings on display in the Plaça del Pi or La Rambla. And perhaps then they think that Barcelona is an idyllic city over which to fly or, better that they think nothing, rather than think why these humans are so creative, dirty and noisy.

But the next day, when the sun rises, they all rise again to soar above the Mediterranean, the domes and the towers because there's nothing better than to see the city from the viewpoint of a bird.


A VISTA D'OCELL

Català
Fotos i traducció: Cèlia Miralles
Text: Mercedes Salvador

A vista de gavina, Barcelona és sorra color nou i són les trepitjades marcades en ella que es dirigeixen cap a totes parts.

És aigua salada i aroma a salnitre que sura pel Mediterrani.

És una posta de sol en el mar.

A vista d'ocell, Barcelona són els vaixells grisos i color calder de càrrega i descàrrega o els ferris que naveguen pel port i al voltant dels seus espigons. Són els molls i les seves mercaderies. És el primer port del Mediterrani que un dia va ser cabdal marítima, amb els reis catòlics i anteriorment va donar entrada a mercaders grecs i fenicis o pirates.

A vista de gavina, Barcelona és el port, l’espai que queda entre la Barceloneta i la desembocadura del riu Llobregat, sota el monticle de Montjuïc amb la seva fortalesa-castell, el Teatre Grec, el Poble Espanyol i l’Estadi Olímpic.

Són els creuers que atraquen i surten plens de turistes amb càmeres en el pit o els vaixells de vela i Optimum que es disseminen pel mar.

A vista de colom, de les que viuen per la Plaça Catalunya, ja dintre de la muralla romana, Barcelona són; les torres campanar de la catedral, els cristalls de colors de les vidrieres gòtiques o les finestres que ens relaten històries de presoners de la guerra civil. Encara que el seu lloc preferit, són les balconades que els ofereixen refugi per a fer els seus nius. De vegades l'aire els guia a una cantonada on estan tocant la simfonia nombre 5 de Mozart en B major. Unes altres els acompanyen les melodies dels instruments de vent o percussió o les campanades de les esglésies.

Però de tant en tant els crida l'atenció la màgia del color i es van a fer una ullada als quadres exposatsen la Placa del Pi o La Rambla. I potser llavors es plantegin que Barcelona és una ciutat idíl·lica per a volar-la o potser no es plantegen res, perquè si ho fessin s’estarien preguntant per quina raó aquests humans són tan creatius, bruts i sorollosos.

Però a l'endemà quan clareja, tots els ocells tornen a planejar sobre el Mediterrani, les cúpules i les torres perquè no hi ha res millor que veure la ciutat des del seu punt de vista.

domingo, 12 de septiembre de 2010


Entre la tradición y Gaudí

Between Tradition and Gaudí

Entre la tradició i Gaudí


Castellano
Fotos: Celia Miralles

Texto: Mercedes Salvador

A veces en Barcelona parece que uno vive dentro de un sueño. En un mundo donde residen la imaginación y el buen gusto. Cuando recorres sus calles te encuentras con tiendas de todos tipos. Unas venden antigüedades y otras carritos de bebé y bicicletas de mimbre.

Entre todas, la Sombrerería del carrer del Call se merece una parada obligatoria por su tesón: en el 1900 cuando las mujeres de alta sociedad llevaban sombreros de plumas, los aventureros salacots y los señores sombreros de copa, bastón y reloj de bolsillo, estos negocios se expandieron. Hoy se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos y vender hasta gorras del Barca, pero siguen allí al pie del cañón.

En el carrer Petritxol, Celia y yo abrimos la puerta de la granja Dulcinea. El aroma a chocolate caliente, nata y ensaimadas se expande por la calle por un momento. Frente a nosotras se asoma un balcón que desciende desde mitad del techo de vigas de madera. Todo a conjunto con las mesas y sillas. Escogemos una en un rincón, lejos de dos grupos de ancianas que seguramente han ido a pasar la tarde. A destacar es que allí muchas de las clientas son añejas como el local. Pero su reputación viene de lejos ya que: Ángel Guimerá despachaba sus visitas allí y Salvador Dalí lucía a chicas explosivas. Caminamos sobre un suelo de baldosa blanca con rombos granates y nos sentamos al lado de la chimenea.

El dueño, el señor Mach, con más años que sus clientas, nos cuenta que su madre en 1931 transformó una taberna en la granja que es ahora y al final nos pregunta- ¿chocolate con nata y churros?

- Por supuesto- ¿Quién podría negarse?

Las granjas entretienen las tardes de muchas ancianas y de las que no son tan ancianas.

Seguimos caminando y por entre olores a meado y escaparates, uno sin darse cuenta percibe la esencia de una Barcelona que ha sido escenario de una exposición Universal, otra internacional, unos juegos olímpicos y un fórum, entre otros. Con ello se ha ido renovando a sí misma alcanzando un nivel de sofisticación difícilmente igualable.

La emigración, además ha traído sus propias ideas, ganas de renovación y palabras nuevas como la de regalería.

Las influencias de las distintas culturas han dejado su rastro: desde los primeros asentamientos en el neolítico, pasando por las guerras púnicas, los cartagineses, el imperio carolingio, la renaixenca hasta Gaudí con su estilo propio que combinó el arte local, modernismo y 'Art Nouveau' aprovechando lo mejor del surrealismo, constructivismo y hasta el fauvismo.

Seguimos caminando ahora por el Eixample y entramos en el restaurante Semproniana, que parece recoger todas las influencias mencionadas. En su interior uno diría que han decidido guardarlo todo, por si acaso. Hasta el cartel de la entrada de la antigua editorial Miquel.

Pero no nos engañemos, que en la mezcla de estilos, muebles de diseño, y colorido hay mucho savoir- faire. El arquitecto Santiago Alegre y la imprescindible Ada Parellada han creado una combinación de tuberías vistas al estilo Soho de Nueva York, con tapices y cuadros que no enmarcan nada, telas de la India (traídas por sus cuñados) y paredes forradas de noticias que se llenan cada día con alguna anécdota nueva, como el cumpleaños de una centenaria.

El techo parece que nos diga: ya no sabemos qué colgar.

Son tantas las ideas acumuladas que se desparraman como huérfanos en el patio del orfelinato. Un ejemplo sería: un menú de colores con platos como: yema de huevo con vieiras y calabaza, cenas de edad, donde se favorece a la juventud, porque si pasas de los cuarenta, se dobla el precio. Comentario especial para el brazo de un gitano moreno (de butifarra negra) para estómagos entrenados y otro para el delirium tremens (para los fanáticos del chocolate negro como yo) porque cuando te gusta algo no hay nada mejor que te lo den en todas sus versiones y formas. Son irresistibles y punto.

Así, el Semproniana es una combinación de verborrea narrativa, culinaria y arquitectónica que llena los sentidos casi como si estuvieras en la India, pero en catalán.

Un Gaudí en restaurante.

Un reflejo de en lo que se ha convertido Barcelona.Y después de una merienda en la granja Dulcinea y una cena en el Semproniana, regada por supuesto con buen vino, a dormir que mañana será otro día o, como decía mi abuela: y con esto y un bizcocho hasta mañana a las 8.




English
Translation: Ken Green
Pictures: Celia Miralles
Text: Mercedes Salvador

Sometimes in Barcelona, it seems that one lives in a dream. In a world where imagination and good taste reside. When you travel her streets, you encounter shops for every taste. Some sell antiques and others baby carriages and wicker tricycles.

Among them all, La Sombrerería (the Hat Shop) on Carrer del Call deserves an obligatory stop for its perseverance. In 1900, when the women of high society wore feathered hats, adventurers wore pith helmets and gentlemen wore top hats and carried canes and pocket watches, these businesses thrived. Today, they've had to adapt to modern times and even to selling team Barca caps, but they continue there, unperturbed.

On Carrer Petritxol, Celia and I open the door of La Granja Dulcinea. For a moment, the aroma of hot chocolate, cream and ensaimadas (a pastry from Mallorca) rolls out into the street. In front of us, protrudes a balcony that descends from the middle of the wood-beamed ceiling. It is all in harmony with the tables and chairs. We choose a table in a corner, far from two groups of elderly ladies who have surely come to spend the entire afternoon. Here, many of the clients are as aged as the establishment. But its reputation is long-standing: Ángel Guimerá spent his visits here and Salvador Dalí showed-off for spectacular young women. We walk across a floor of white tile with inset maroon diamonds and seat ourselves beside the fireplace. The owner, Señor Mach, who is even older than his customers, tells us that, in 1931, his mother converted a tavern into today's La Granja, and finally asks us; "Chocolate with cream and churros?"

"Of course." Who could refuse?

La Granja occupies the afternoons of many old people and some who are not so old.

We continue walking and, without realizing it, between the shop windows and the odor of piss one perceives the essence of a Barcelona that has been the scene of a Universal Exposition, an International Exposition, Olympic Games and a Forum of Cultures, among others. Through all of that, it has been renewing itself, reaching a level of sophistication that is hard to equal. In addition, immigration has brought its own ideas, desires for change and new words like regalería.

The influences of different cultures have left their marks: from the first neolithic settlements through the Punic Wars, the Carthaginians, the Carolingian Empire, the Renaixença and Gaudí, with his own style that combined local art with Modernism and Art Nouveau while making use of the best of Surrealism, Constructivism and Fauvism.

Again we resume walking, now through the Eixample, and we enter the restaurant La Semproniana, which seems to reflect all those influences mentioned. Of its interior, one would say; they have decided to save everything, just in case. Right up to the sign at the entrance from the old publisher, Miquel, which formerly occupied this space.

But we don't deceive ourselves, for in the mix of styles, designer furniture and color there is much savoir-faire. The architect Santiago Alegre and the essential Ada Parellada have created a combination of exposed piping in the style of New York's Soho, with tapestries and picture frames that don't frame anything, fabrics from India (brought by their in-laws) and walls covered with news articles to which, each day, is added some new story, like the birthday of a centenarian.

The ceiling seems to say to us: "Now we don't know what else to hang."

So many are the accumulated ideas, that they are scattered like children in the playground of an orphanage. Some examples: A menu of colors with dishes like egg yolk with scallops and pumpkin; Dinners by age, where youth is favored and, if you are younger than thirty, the price of the dinner equals your age. A special mention for the Dark Gypsy's Arm (made of blood sausage) for experienced stomachs and another for the Delerium Tremens (for dark chocolate fanatics like me) because when you love something, there is nothing better than to have it in all of its shapes and versions. They are irresistable. So, La Semproniana is a combination of culinary and architectural narratives told with verbal diarrhea. It fills the senses almost as if you were in India, but in Cataluña instead.

A Gaudí as a restaurant.

A reflection of what Barcelona has made of itself.

And so, after an afternoon snack in La Granja Dulcinea and dinner at La Semproniana, steeped in good wine of course; to sleep. For tomorrow is another day or, as my grandmother said, "And with this and a cake, until tomorrow at eight."


Català
Fotos i traducció: Cèlia Miralles
Text: Mercedes Salvador

De vegades a Barcelona sembla que un viu dintre d'un somni. En un món on resideixen la imaginació i el bon gust. Quan recorres els seus carrers et trobes amb botigues per a tots els gustos. Unes venen antiguitats i altres cotxets de nadó i bicicletes de vímet.

Entre totes, la Sombrerería del carrer del Call mereix una parada obligatòria per la seva tenacitat: en el 1900 quan les dones de l’alta societat duien barrets de plomes, els aventurers salacots i els senyor barrets de copa alta, bastó i rellotge de butxaca, aquests negocis es varen expandir. Avui s’han hagut d’adaptar als nous temps i vendre fins i tot, gorres del Barca, però segueixen allí al peu del canó.

En el carrer Petritxol, la Cèlia i jo obrim la porta de la granja Dulcinea. L'aroma a xocolata calenta, nata i ensaïmades s'expandeix pel carrer per un moment. Enfront de nosaltres treu el cap una balconada que descendeix des de la meitat del sostre de bigues de fusta a conjunt amb les taules i cadires. Escollim una en un racó, lluny de dos grups de dones grans que segurament han anat a passar la tarda. A destacar és que allí moltes de les clientes són antigues com el local. es mereix una parada obligatòria per la seva tenacitat: en el 1900 quan les dones de l'alta societat duien barrets de plomes, els aventurers salacots i els senyors barrets de copa alta, bastó i rellotge de butxaca, aquests negocis es van expandir. Avui s'han hagut d'adaptar als nous temps i vendre fins a gorres del Però la seva reputació ve des de lluny ja que: Ángel Guimerá despatxava allà a les seves visites i Salvador Dalí lluïa a noies explosives. Caminem sobre un sòl de rajola blanca amb rombes granats i ens asseiem al costat de la xemeneia.

L'amo, el senyor Mach, amb més anys que les seves clientes, ens explica que la seva mare en 1931 va transformar una taverna en la granja que és ara i al final ens pregunta- xocolata amb , nata i xurros?

- Per descomptat- Qui podria negar-se?

Les granges entretenen les tardes de moltes dones grans i de qui no són tan grans.

Seguim caminant i entre olors de pixats i aparadors, un sense adonar-se percep l'essència d'una Barcelona que ha estat escenari d'una exposició Universal, altra internacional, uns jocs olímpics i un fòrum, entre uns altres. Amb això s'ha anat renovant a si mateixa arribant a un nivell de sofisticació difícilment igualable.

L'emigració, a més ha portat les seves pròpies idees, ganes de renovació i paraules noves com la de regalería.

Les influències de les diferents cultures han deixat el seu rastre: des dels primers assentaments en el neolític, passant per les guerres púniques, els cartaginesos, l'imperi carolingi, la renaixença fins Gaudí amb el seu estil propi que va combinar l'art local, modernisme i "l'Art Nouveau" aprofitant el millor del surrealisme, constructivisme i fins el fauvisme.

Seguim caminant ara per l'Eixample i entrem en el restaurant Semproniana, que sembla recollir totes les influències esmentades. En el seu interior un diria que han decidit guardar-lo tot, no fos cas. Fins el cartell de l'entrada de l'antiga editorial Miquel.

Però no ens enganyem, que en la barreja d'estils, mobles de disseny, i colorit hi ha molt "savoir-faire". L'arquitecte Santiago Alegre i la imprescindible Ada Parellada han creat una combinació de canonades vistes a l'estil Soho de Nova York, amb tapissos i quadres que no emmarquen res, teles de la Índia (portades pels seus cunyats) i parets folrades de notícies que s'omplen cada dia amb alguna anècdota nova, com el natalici d'una centenària. El sostre sembla que ens digui: ja no sabem què penjar.

Són tantes les idees acumulades que s'escampen com orfes al pati de l'orfenat. Un exemple seria: un menú de colors amb plats com: rovell d'ou amb petxines de vieires i carabassa, sopars d'edat, on s'afavoreix a la joventut, perquè si passes dels quaranta, es doblega el preu. Comentari especial per al braç d'un gitano moreno (de botifarra negra) per a estómacs entrenats i altre per al delirium tremens (per als fanàtics de la xocolata negra com jo) perquè quan t'agrada alguna cosa no hi ha gens millor que t'ho donin en totes les seves versions i formes. Són irresistibles i punt.

Així, el Semproniana és una combinació de verborrea narrativa, culinària i arquitectònica que omple els sentits gairebé com si estiguessis en l'Índia, però en català.

Un Gaudí en restaurant.

Un reflex d'en el que s'ha convertit Barcelona.

I després d'un berenar en la granja Dulcinea i un sopar en el Semproniana, regada per descomptat amb un bon vi, a dormir que demà serà un altre dia o, com deia la meva àvia: i amb això i un bescuit fins demà a les 8.